Spotlight - En la encrucijada de las violencias: pandillas en tiempos de globalización
Resumen
La palabra pandilla conlleva representaciones muy disímiles sobre fenómenos propios de nuestras sociedades modernas, no obstante, la imagen más frecuentemente asociada al vocablo es la violencia por parte de “adolescentes y jóvenes marginados” en las grandes urbes. En América Latina estas figuras toman nombres propios: las clicas de la Mara Salvatrucha y el Barrio 18 en Centroamérica, los Combos y los Parches de las Comunas de Medellín, las Naciones o Pandillas de Guayaquil y Quito, los Comandos o “Quadrilhas” de las cárceles en San Pablo y de las favelas de Rio, etc. (Rodgers & Baird, 2015). Las profundas diferencias que existen entre estos fenómenos evidencian la ambigüedad que genera el término y, señala más bien a una homogenización de sus diferencias socioculturales desde la esfera política y la industria cultural.
El desconocimiento y la incomprensión de las realidades estructurales que causan estas violencias, están en la base de una serie de emociones sociales estigmatizantes que rodean a las pandillas: el miedo, la indignación, el rechazo, el resentimiento, la hostilidad, entre otras. Esta emocionalidad política (Nussbaum, 2013), a su vez, está construida desde enfoques tradicionales sobre la seguridad, en específico, en torno a las convenciones y los discursos que encuentran una relación directa entre la violencia social y “la juventud marginal”; una visión institucional predominante. Una nueva perspectiva de seguridad humana nos puede ayudar a comprender el fenómeno dentro de nuestro contexto sociocultural globalizado contemporáneo y, así, empezar a romper con los ciclos de violencia que están en la base del fenómeno de las pandillas en América Latina y el mundo.